El número de niños indocumentados que están entrando a los Estados Unidos por la frontera de Texas sigue aumentando. Estos niños se vienen huyendo la violencia y pobreza de sus países.

El mes pasado, el departamento de Seguridad Interna empezó a transportar a estos niños desde el Rio Grande hasta Nogales, Arizona, porque el número de inmigrantes indocumentados paso la capacidad que pueden sostener en Texas.

Entre las familias de inmigrantes indocumentados había más de 48 mil niños, menores de 18 años, viajando solos. A los niños los vacunan y les dan atención médica antes de moverlos a otros sitios del gobierno en Ventura California o San Antonio y Fort Sill, Oklahoma. A muchos de los niños los dejan libres si tienen parientes o familia que responda por ellos, aunque su familia también esté indocumentada y les dicen que se presenten a inmigración después.

A todos los inmigrantes que dejan libre después de entrar indocumentados, el gobierno les envía una carta informándolos de su fecha en la corte de inmigración. A la mayoría de estos niños, el gobierno puede aceptar cerrar su caso administrativamente en la corte de inmigración o sea que pueden lograr quedarse en los Estados Unidos aunque estén indocumentados.

La información de lo fácil que pueden entrar los niños indocumentados y quedarse en los E.U. está corriendo por todo Centro América y el resultado es que están llegando miles de niños solos de Guatemala, El Salvador, Honduras y México. Los Estados Unidos no parece que tienen un plan como manejar esta situación.

El viaje a los E.U. para una persona indocumentada es difícil y peligroso, pero para un niño viajando solo es mucho más peligroso. Muchos son abusados por los mismos coyotes que lo traen. Pero considerando la violencia y pobreza en esto países, yo pienso que el número de niños indocumentados llegando al país, va continuar aumentando dramáticamente. Es muy triste lo que tienen que pasar estos niños para buscar una mejor calidad de vida. Esperemos que el Gobierno de Estados Unidos haga algo para ayudar a nuestra gente.